La ‘Princesa Azteca’ es una leyenda que ha sido contada a lo largo de los años en la cultura mexicana. Cuenta la historia de una princesa azteca llamada Iztaccíhuatl que se enamoró de un guerrero llamado Popocatépetl. El padre de Iztaccíhuatl, el rey, no aprobaba la relación y decidió enviar a Popocatépetl a una batalla peligrosa en la que probablemente moriría. Sin embargo, Popocatépetl sobrevivió y regresó a su amada princesa.
Pero mientras Popocatépetl estaba lejos, otro guerrero envidioso le dijo a Iztaccíhuatl que había muerto en la batalla. La princesa, devastada por la noticia, murió de tristeza. Cuando Popocatépetl regresó y encontró a su amada muerta, llevó su cuerpo a la cima de una montaña y la cubrió con un manto de flores. Se quedó allí, con la esperanza de que algún día ella despertara.
Con el tiempo, la nieve cubrió los cuerpos de la princesa y el guerrero, formando dos montañas. La montaña más alta se convirtió en el volcán Popocatépetl, que todavía está activo hoy en día, y la otra montaña se convirtió en la Iztaccíhuatl, también conocida como ‘La Mujer Dormida’. La forma de la montaña se asemeja a una mujer acostada, cubierta con un manto de nieve.
La leyenda de la ‘Princesa Azteca’ sigue siendo popular en México y ha sido representada en obras de teatro, películas y música. También ha sido objeto de muchas interpretaciones artísticas y literarias. La historia es un recordatorio de la fuerza del amor y la tristeza de la pérdida, y es un tributo a la belleza y la majestuosidad de los paisajes naturales de México.